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AHORA QUE MARIANA ENRIQUEZ SACO UN LIBRO SOBRE CEMENTERIOS...

 Ahí va lo mío : LA CHACARITA: La primera vez que oí la palabra yo tendría unos tres años.  El tío Pepe, de saco, corbata y sombrero panamá le avisaba a la tía Flora que se iba a la Chacarita.  Me sonó a lugar chiquito, de juguete.  Bueno, yo era una nena y todo era chiquito y de juguete.  A su vez, mi familia materna pronunciaba “Chacarita” muy seguido, luego supe porque, cuando unos años después pisé por primera vez el citado camposanto y entre fantasía y realidad recuerdo caminar a través de una galería de nichos que terminaba en una extraña gruta oscura que a lo lejos semejaba a la Gruta de Lourdes, ilusión óptica o no se…tal vez otra cosa…nunca más intenté volver a verla.  Conforme pasaba el tiempo, aunque yo era una criatura, debía acostumbrarme a cumplir un ritual familiar de la visita a los cementerios, cuestión que agradezco, aunque parezca mentira,  los cementerios inspiran muchos relatos, cuentos, novelas, poemas, películas, obras de teatro…un sinfín de posibilidades, porque

LIBROS MALDITOS

 LIBROS MALDITOS: Se que este título es pretencioso, pero ocurre que muchos libros sobre la historia reciente de la Argentina, sean sobre un período histórico o biografías, salen a la venta pero luego desaparecen misteriosamente y es muy difícil conseguirlos, aunque con suerte, ahora que está Mercado Libre ese deseo puede hacerse realidad. En 2007 salió a la venta “Cooke, el heredero maldito de Perón”  de Franco Lindner.  Por razones de economía no pude comprarlo, aunque lo pude ojear y era muy interesante la información que brindaba.  Ahora bien, al poco tiempo los ejemplares desaparecieron y recién a fines de 2016 pude comprar un ejemplar usado y leerlo.  Esta obra no tiene desperdicio, ya que en ella nos enteramos del costado humano…demasiado humano de John William Cooke, al que se considera fundador del peronismo revolucionario o peronismo de izquierda. El retrato del “gordo” Cooke es despiadado:  fumador compulsivo, cocainómano (es muy significativo que el autor aclare que a media

MOMENTOS INOLVIDABLES

 La tarde de finales del año 1989 en que radio Mitre transmitió la noticia del accidente en el cual el actual embajador en Brasil, Daniel Scioli, aún moto nauta perdió su brazo compitiendo en el río Paraná, estábamos en el comedor diario de la casa de Capello, lo escuchamos papa, Cecilia, y yo, se lo contamos a mamá cuando llegó del colegio.   Mas tarde a la nochecita, mientras preparaba la cena, mamá escucho en la misma radio que el brazo de Scioli no había sido encontrado… A principios de 1984 y escuchaba el programa radial de Juan Alberto Badía para poder grabar en casette temas musicales.  Cuando había cortes publicitarios en el programa, se leían las noticias generales y las de fútbol, que estaban a cargo de un jovencito veintenero de verba simpática, llamado Marcelo Tinelli, que en menos de cinco minutos debía desgranar todo lo que ocurría en el panorama futbolístico argentino de aquel entonces, resultados del domingo incluidos.   Una calurosa tarde de noviembre de 1993, yo había

RIMAS DE EPOCA

 Se cantaban durante la campaña electoral de 1946 que enfrentaba a la Unión Democrática con el partido único de la revolución nacional, cuyo candidato a presidente era el Coronel Perón y a vicepresidente el político correntino Quijano. Estos cantos alusivos eran así “Perón –Quijano dos chanchos De la mano Irán al matadero  El 24 de febrero”  Versión Unión Democrática. “Sube la papa Sube el carbón Y el 24 Sube Perón”  (Versión peronista) Lamentablemente ya sabemos quién subió. (Este relato oral se lo debo a mis padres).

EL "CHICHE" NUEVO

  Ah cuanto recuerdo aquel otoño que comenzaba hace ya 20 años, eran los últimos días del verano.  La situación de mi hogar no daba para más, mis padres estaban nuevamente en crisis, iban  a separarse por enésima vez, algo que finalmente nunca ocurrió ni ocurriría jamás (al día de hoy siguen  envejeciendo juntos).  Mi hermana mayor, ya casada y ocupada en su trabajo y viviendo en su propia casa se acercaba para mediar en lo posible, dentro de lo que permitían sus posibilidades y ante las quejas de mi cuñado que le repetía que mis padres siempre hacían lo mismo.  Mi abuela y mi tío soltero eran cada vez más dependientes de mi madre,  mi abuela por su frágil salud y mi tío…por puro “mamero” nomás.   Así el cuadro, cuando la psiquiatra de mi madre aconsejó entre otras cuestiones, que para mis 16 años de adolescente semi  encerrada entre el estudio y una familia cada vez más embrollada lo mejor era migrar a otro hogar temporalmente.  ¿Adonde iría entonces?  No teníamos muchos parientes, mi

MAGDA LUPESCU

 Un día de invierno, un domingo nublado y lluvioso de julio de 1977, yo estaba hojeando la revista dominical del matutino "La Nación".  Mi papá se acerco y pidió que le pasara un momentito la revista, buscó una página y me la devolvió indicándome:  "Leé esto".  Lo que yo debía leer era una nota escrita a raíz de la reciente muerte de una tal Magda Lupesco, que había sido amante y luego esposa del ex rey de Rumania Carol II.  Más precisamente esta señora había fallecido en Suiza, de vieja nomás.  Relataba el informe que en el país más neutral del mundo, ella y su marido habían fijado su residencia luego de exiliarse tras abdicar el rey en su hijo Miguel en los días previos al estallido de la segunda guerra mundial. También se destacaba que la Magda se había quedado con las joyas de la corona rumana y que su historia con el rey había comenzado cuando este aun estaba casado con la madre del príncipe heredero (que resultó ser la tía de Felipe, futuro marido de la reina

ROMANCE 1

 Mi "romance " de lectura con Juan José Sebreli comenzó un día de 1984 cuando me compré "Eva Perón aventurera y militante".  Era el primer libro que leía de él pero no fue el más fácil, aún así se convirtió en uno de mis autores de cabecera.  Si me permitió incorporar un modo de lectura y oralidad basado en la ironía que más tarde desarrollé y apliqué a la escritura.  Como apéndice tiene el texto una cronología de la vida de Eva que no tiene desperdicio.  En 1992 compré "Los deseos imaginarios del peronismo", que me hacía compañía en las largas tardes de trabajo en la secretaría y en las horas libres.  Comprobé que Sebreli no era muy conocido entonces por el cuerpo docente de los dos colegios en los cuales trabajaba, y eso que desde la década del sesenta o antes, en los tempranos cincuenta ya estaba activo, por otro lado podía yo llevar el libro debajo del brazo que no pasaba nada.  En 1997 pude conseguir "El asedio a la modernidad" que ya había