AHORA QUE MARIANA ENRIQUEZ SACO UN LIBRO SOBRE CEMENTERIOS...
Ahí va lo mío : LA CHACARITA: La primera vez que oí la palabra yo tendría unos tres años. El tío Pepe, de saco, corbata y sombrero panamá le avisaba a la tía Flora que se iba a la Chacarita. Me sonó a lugar chiquito, de juguete. Bueno, yo era una nena y todo era chiquito y de juguete. A su vez, mi familia materna pronunciaba “Chacarita” muy seguido, luego supe porque, cuando unos años después pisé por primera vez el citado camposanto y entre fantasía y realidad recuerdo caminar a través de una galería de nichos que terminaba en una extraña gruta oscura que a lo lejos semejaba a la Gruta de Lourdes, ilusión óptica o no se…tal vez otra cosa…nunca más intenté volver a verla. Conforme pasaba el tiempo, aunque yo era una criatura, debía acostumbrarme a cumplir un ritual familiar de la visita a los cementerios, cuestión que agradezco, aunque parezca mentira, los cementerios inspiran muchos relatos, cuentos, novelas, poemas, películas, obras de teatro…un sinfín de posibilidades, porque