MOMENTOS INOLVIDABLES

 La tarde de finales del año 1989 en que radio Mitre transmitió la noticia del accidente en el cual el actual embajador en Brasil, Daniel Scioli, aún moto nauta perdió su brazo compitiendo en el río Paraná, estábamos en el comedor diario de la casa de Capello, lo escuchamos papa, Cecilia, y yo, se lo contamos a mamá cuando llegó del colegio.  

Mas tarde a la nochecita, mientras preparaba la cena, mamá escucho en la misma radio que el brazo de Scioli no había sido encontrado…

A principios de 1984 y escuchaba el programa radial de Juan Alberto Badía para poder grabar en casette temas musicales.  Cuando había cortes publicitarios en el programa, se leían las noticias generales y las de fútbol, que estaban a cargo de un jovencito veintenero de verba simpática, llamado Marcelo Tinelli, que en menos de cinco minutos debía desgranar todo lo que ocurría en el panorama futbolístico argentino de aquel entonces, resultados del domingo incluidos.  

Una calurosa tarde de noviembre de 1993, yo había vuelto de dar clases en el Colegio del Castillo pasado el mediodía.  Dada la canícula, luego de almorzar me senté al lado de mi mamá que bajo el ventilador de techo estaba mirando el programa de Susana Giménez que estaba entrevistando a Daisy Krieger Vasena, organizadora de la Feria de las Naciones.  La dama en cuestión enumeraba las atracciones del evento que se realizaba en la Rural de Palermo, entre las cuales se contaba la exhibición de restos fósiles de dinosaurios hallados en la Patagonia argentina.  Acto seguido Susana inquirió sobre la condición de los dinosaurios:  “¿vivos?, situación que provocó la hilaridad de la invitada, el piso y los televidentes incluidos mi madre, mi hermana y yo y los que fueron llegando al escuchar las carcajadas.

Finalizaba el año 1989 y en el Teatro San Martín, la primera actriz María Rosa Gallo representaba “La Duse”  obra de teatro sobre la vida de una famosa actriz italiana de principios del siglo XX:  Eleonora Duse.  Mas que la vida, episodios de la misma, más en concreto sus romances con el poeta Gabriela Dannunzio y el músico y escritor Arrigo Boito (libretista de Verdi en “Falstaff” y “Otelo”).  Ese mismo año también la popularidad de la veterana actriz había llegado a picos muy altos por su personificación de la malvada Sor Paulina en la exitosa telenovela de canal 9 “La extraña dama”.  Saque las entradas y un domingo por la tarde enfilamos ambas vía tren Roca hasta Constitución y luego el bondi 102 que nos dejaba en plena calle Corrientes.  Durante la recorrida mamá me enseñó algunos rincones porteños que ella conocía como el mítico restaurante Lo Prete.  Al llegar al San Martín nos ubicamos en la platea de la Sala Casacuberta, y era la primera vez que ambas veíamos una obra en el San Martín.  La puesta resultó magnífica aunque el argumento no era popular, ya que muchos no conocen la historia de la Duse, salvo algunos entendidos del tema o los descendientes de italianos que como mi mamá la habían sentido nombrar y ella a su vez me había contado a mi sobre esta mujer. Yo conocía también el dato que Eva Duarte, cuando era actriz de radioteatro había personificado a la Duse, la data se la debo a Sebreli, que lo cita en su libro “Eva Perón: aventurera o militante”.  Al finalizar la obra todo el público aplaudió de pie desde jóvenes entusiastas a señoras mayores, ente ellas una que parecía una cruza de Egle Martin con la Coca Sarli, como observó mamá.  Nunca más volví a ver una obra de teatro en el San Martín ni películas en la Sala Lugones, son asignaturas pendientes que tengo.