ALGUIEN NO DESCANSA EN PAZ (CAPÍTULOS 1 Y 2)

 Esta novela corta y cuento largo lo empecé en 2018 y puede aplicar también como libreto de una misinerie televisiva, hay tres acciones paralelas, una de ellas entre paréntesis y en bastardilla...si adivinan algunos personajes sería un buen ejercicio.

ALGUIEN NO DESCANSA EN PAZ

 

CAPÍTULO 1:  LA FOTO.

 

Era un mediodía de domingo después de la primavera, pero estaba nublado y desapacible, ventoso y con poco sol.  Por el pasillo del cementerio, dos mujeres caminaban a la par que charlaban.  Son hermanas, rumbo a la visita mensual a la bóveda familiar.  Una de ellas lleva un ramo de flores.

 

-Tan lindo tiempo nos tocó en Chile que quisiera volver…

-Quién te dice en verano, ¿no?.

 

La interlocutora lleva las llaves y abre la bóveda…y observa en el piso una foto en  blanco y negro, que sus añitos tenía…

 

Y esto?

No sé

¿Quién lo habrá dejado?  Nuestra no es..

La mujer que lleva las llaves toma la foto…

Son las chicas de 3ªB del 78…y con ellas están Nori y Graciela…

Aha…pero no son compañeras tuyas

No, pero figura Mary, la profe de física y María Silvia Dantesi, la chica que falleció al año siguiente…

No me explico como llegó esta foto justo acá…y la guarda en el bolsillo de su campera.

 

Cuándo volvió a su casa,  María Isabel di Salina, docente jubilada, profesora de Historia y luego licenciada, afecta a escribir, ávida lectora de hechos policiales, recordó la triste etapa final de la vida de Silvita como la llamaban, aunque solo la conocía de verla en la escuela de hermanas a la cuál ambas asistían, el colegio de Loreto.  Marisabel estaba en 1ª año de la secundaria y Silvita en cuarto año y era escolta de la bandera y lider indiscutida de su curso.  Brillante alumna, excelente gimnasta, tenía una voz magnífica y tocaba muy bien la guitarra.  Su muerte, a raíz de un sarcoma fulminante detectado luego de una caída en una clase de gimnasia causó honda conmoción en la comunidad educativa.  Recordó la misa en la parroquia y la partida del cortejo fúnebre al cementerio local.  Luego de eso nadie más la volvió a nombrar en el colegio, pero nadie nadie, ni las hermanas, los profesores, las compañeras, nadie….

Intrigada por el hecho que una fotografía ajena apareciera en la bóveda de su familia, llamó por teléfono a Ramón, el cuidador…le preguntó si había visto alguien merodeando el lugar…podría ser la foto un señuelo para un robo…Ramón le contestó que no había visto nada…

Marisabel guardó la foto en un cajón de su escritorio…vaya saber…Dios dirá, y agregó a sus intenciones del rosario el alma de Silvita.  Trató de no pensar en robos…aunque cada vez más crecían los rumores de robos de placas de bronce de las tumbas, nichos y bóvedas y también a los deudos que visitaban a su difuntos…Aparentemente, esos rumores ya habían llegado a los medios periodísticos…

                                                                                        

CAPÍTULO 2:  Los noteros

Zeno y Yamila eran una pareja de jóvenes periodistas, que también lo eran en la vida real, sin papeles, obviamente como es de uso en estos tiempos…Hacía pocos meses que el canal de cable del Diario del Pueblo les había asignado un horario para un programa dominical de interés general.  La oportunidad era excelente, pero el horario pésimo…de 13 a 15 hs.   Cuando la gente almuerza un domingo en casa o afuera, tener que competir con las carreras o con el clásico incombustible e inhundible de “El living de Marta Lagorio”  programa de la veteranísima actriz que llevaba más de cuatro décadas en el aire. 

Zeno y Yamila se conocieron estudiando periodismo, ambos llegaron a la carrera inspirados en toda la marea de periodismo de investigación de la década del 90.  Se pusieron de novios en el tercer año de la carrera.  Cuándo egresaron se imaginaron el mundo a sus pies. Pero pronto se desilusionaron.  Salvo pasantías o puestos mal pagos en secciones poco interesantes eran las primeras ofertas de trabajo.  De una pasantía en un diario tradicional, en el cuál Yamila integraba el equipo de sociales:  casamientos, nacimientos y avisos fúnebres y Zeno la sección rurales yendo a contar cuantas vacas entraban todas las mañanas al mercado de Liniers, sacaron poco sueldo pero mucha experiencia y una beca para un curso de periodismo en televisón y en ese curso, una recomendación para una entrevista a los dos en el Diario del Pueblo.

 

Ahh…el archifamoso Diario del Pueblo,  decano de la prensa sensacionalista y amarillista, que nadie bienpensante decía comprar …pero que muchos leían de ojito en el tren, el colectivo y en los puestos de diarios…

 

El creador del “engendro”  es Curcio del Percio, fotógrafo autodidacto que trabajaba en medios gráficos en los años 50 y 60, y que observó el negocio que generaba mixturar los policiales con la farándula y las notas sentimentalistas…y abrió su medio, y la pegó…se llenó de guita hablando mal y pronto, apuntando a un nicho:  la clase media baja y poco instruida…ávida de ese tipo de información…

 

Mucha gracia no les causaba a los chicos ir a una entrevista en ese medio…pero habían aprendido a no desechar ningún ofrecimiento y empezar de cero…fueron entontes y los contrataron.

 

 

A él lo mandaron a un suplemento infantil, estilo Billiken y Anteojito remozado.  A ella al suplemento de farándula y chismes, que era  dirigido por Diana del Percio, hija del dueño y heredera del multimedio.  Yamila pronto se ganó la estima de Diana, en primer lugar por sus conocimientos de farándula, que obtenía gracias a la prodigiosa memoria de su mamá, Maricé, una maestra jubilada y también porque se convirtió en el paño de lágrimas de Diana, su confidente de las penas amorosas que le provocó un intendente que era su novio y con el cuál se había comprometido y tenía fecha de casamiento.  Este jefe comunal (bastante famoso por sus devaneos entre señoritas del ambiente artístico) tuvo la osadía de abandonar a Diana pocos días antes del casorio por una joven bailarina y vedette en alza, cuya familia a su vez estaba imbricada en cuestiones policiales.    De más está decir que la despechada Diana juró venganza:  el multimedios se convirtió en el mayor detractor del intendente, que a su vez aspiraba a ser diputado.  No había tarde que tanto el diario como la televisión lo cascotearan al hombre,  Diario del Pueblo lo tenía entre ceja y ceja…

Durante esos nefastos días, el carácter de Diana, ya de por sí bastante fuerte, había llegado a un punto de no retorno:  se enojaba por todo, revoleaba cuanto objeto estuviera a su alcance, sólo la paciencia de Yamila la aplacaba un poco…ella se sentaba a su lado, le preparaba té de tilo y la escuchaba en sus interminables peroratas de malquerida…

Finalmente llegó el premio:  el espacio televisivo de los domingos de 13 a 15 hs.  Para competir con semejante tanque como “El living…”  a Zeno se le ocurrió la cuestión paranormal  y para eso llamó a una vecina suya que tiraba las cartas.  A Yamila no le hacia mucha gracia pero si era por el rating…Hasta que en unas semanas llegó al diario, que tenía una sección que tomaba denuncias de sus lectores, la noticia que en el cementerio municipal del la ciudad que era regida por el intendente que traicionó a Diana, se sucedían los robos de placas y floreros de bronce, antiguas bóvedas y nichos abandonados  eran violentados para obtener el codiciado material, además la mugre y la inseguridad reinaban en dicho camposanto, a pesar de que los sufridos contribuyentes abonaban impuestos bastante onerosos…El festín de la venganza estaba servido, Zeno pensó que tendrían material para rato de relleno en el programa… y allí fue con el equipo de producción a recabar información que luego Yamila clasificaría y prepararía para salir al aire el domingo…

 

Zeno fue al cementerio un día y luego otro…recorrió bóvedas de familias ilustres del municipio que se encontraban en estado calamitoso por los robos, entrevistó a una señora descendientes de una de esas familias patricias harta por no saber a quien reclamar…obvio que finalmente terminaba las notas clamando la presencia del intendente…también recorrió la zona de tierra conversando con los resignados cuidadores que le informaron de reuniones con el director del cementerio, que finalmente no llegaban a nada y encima les exigía un porcentaje de lo que cobraban a los deudos por limpieza y mantenimiento de las sepulturas.  Saltaba todo el entramado de corrupción y Diana de parabienes…Tal es así que Zeno finalizaba las notas con una lapidaria frase:  “Y dónde está el sr. Intendente?

 

Una tarde que se dirigía a entrevistar a un cuidador con el que ya había convenido una entrevista, Zeno observó una tumba intacta, con la foto de una chica joven una adolescente,  rodeada de velas blancas y restos de las mismas…Entonces le preguntó al cuidador acerca de esa sepultura y el hombre le contestó:

 

Mire la historia es así:  la llaman “la muertita”, es una piba que murió jovencita y la enterraron acá, antes venían la mamá y la tía, pero hace mucho que no las veo por acá, seguro que deben haber muerto ellas…dice la gente que se escuchan llorar a la chica, por eso rezan y prenden velas y que cuándo lo hacen deja de escucharse el llanto…dicen que es un alma en pena…por eso vio…pero también me contaron que le piden y ella cumple…

Zeno pidió permiso para filmar y el cuidador lo dejo…Luego en el estudio con Yamila, editaron el material, se escuchaba muy lejos, llanto de pena, abandono y tristeza…la placa sobre la cruz de mármol blanco indicaba que allí estaba sepultada María Silvia Dantesi, fallecida a los 16 años, el 14 de agosto de 1979,  y una foto enmarcada en un óvalo de bronce mostraba un rostro con una mueca de sonrisa, pero que presagiaba un final cercano…era un recorte de la foto del curso, con la cara de Silvita…ahora conocida como “la santa muertita”


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