RECENSIONES 1
Las recensiones son
comentarios de libros que leído y subrayado, surgen la costumbre que tengo de
hacer el relato, comentario y opinión oral que es habitual en mí, ya que es más
fácil que ponerlos por escrito, pero vale la pena el desafío.
Terminé de leer la
biografía de Stefan Zweig por Oliver Matuschek de muy densa y abigarrada prosa,
sin dinamismo, aunque trabaja sobre correspondencia original del escritor, no
se observa un hilo conductor, que posiblemente se deba a la traducción, es como si las palabras salieran trabadas,
como si hablara un robot. Le falta un
gramo de las “Confesiones de un burgués” de Sandor Marai, el escritor húngaro
casi contemporáneo, una verdadera fiesta de lectura.
A principios del
año 1981 yo tenía 14 años, iba para los 15 (de aquel entonces aclaro, más de
cuarenta años), acometí a la tarea de leer “Sobre héroes y tumbas” de Ernesto
Sábato. La razón por la cual el libro
llegó a mis manos fue la siguiente: en
julio de 1980, para el cumpleaños de mi mamá se lo compré, con la ayuda
económica de mi abuela Rosa. Mi mamá se
había interesado mucho en la lectura de Sábato a raíz de una adaptación
televisiva de la otra novela de este autor “El túnel” que se emitió en Canal 13
poco tiempo antes, protagonizada por Rodolfo Bebán y Graciela Borges (fallida a
pesar del buen elenco y la puesta en escena).
Y como se empezaba a hablar de Ernesto Sábato un poco más (hasta el
momento el escritor más popular era Borges, no por lo leído sino por lo
mediático), mamá había escuchado que “Sobre héroes y tumbas” era superior a “El
túnel” (y lo era, en tamaño también). A
pesar de la complejidad del texto y de las descripciones bastante fuertes para
la mente de una adolescente (de aquel entonces, hoy ni se mosquean los pibes,
es más ni leen, puro tik tok) lo leí entero y el capítulo que más me atrapó fue
el Informe sobre ciegos, con su narración alucinante, al estilo de H.P.
Lovecraft.
Cita el escritor e
historiador mexicano Enrique Krauze en su libro “Redentores” que el periodista
y escritor argentino Tomás Eloy Martínez, autor de “La novela de Perón” y
“Santa Evita”, afirma que a principios de 1943, Eva Duarte estuvo internada en
el Sanatorio Otamendi tras sufrir un aborto que la habría arruinado toda, es
decir la había dejado imposibilitada para embarazarse de nuevo. Martínez no aclara quien era el padre, pero
si da a entender que el aborto fue provocado (cfr. Pág.306). Una afirmación similar hizo en los años 90 el
historiador peronista Fermín Chávez, aclarando que el padre del bebé era Perón,
y que el aborto fue espontáneo. Chávez
tampoco cita fuente primaria para el dato.
La explicación de Chávez está inserta dentro de una nota sobre la
supuesta hija de Perón Martha Holgado que reclamaba un examen de ADN (que
finalmente se realizó en 2006 y dio resultado negativo). Dicha nota apareció en la revista “Noticias”.
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