La "nueva " ciencia y la nueva era

 

La nueva ciencia y la nueva era:

Si bien no es una corriente de pensamiento científico, la nueva era toma elementos de la ciencia, especialmente de la física.  Se apropia de conocimientos que aplicados en forma tendenciosa atacan a la visión realista del mundo y a su fundamento filosófico:  la corriente aristotélico  tomista.  Muchos descubrimientos científicos son muy valiosos pero el problema se plantea cuando son manipulados por este polimórfico movimiento.  En fin se trata de asimilar la nueva ciencia a la cosmovisión hermética o esotérica expresada en el aforismo “como es arriba, es abajo”.

También resulta inquietante cuando se insiste, con  apoyo de la nueva ciencia, que vivimos inmersos en el caos, en un mundo aleatorio, en clara referencia a una concepción anárquica, disolvente y deconstructiva del orden natural, lo que implicaría relativizar la verdad objetiva, desarmando también los conceptos de bien y mal.

El concepto de caos fue recuperado y reaplicado por Ilya Prigogine, Premio Nóbel de Química del año 1977, por su teoría de las estructuras disipativas (formas que absorben y generan energía para organizarse como un ser vivo) que explica como se crea orden a partir del caos.

El descubrimiento de las reacciones Zhabotinsky, concentraciones caóticas de varias sustancias químicas, se autoorganizan en un sistema coherente y ordenado, apunta al tema del caos y el desorden. 

El pensador francés Edgard Morin destaca la importancia social del caos afirmando que

“…en la base tiene que existir una anarquía de hecho dónde el orden superior viva gracias al desorden que hay abajo”.

En el campo de la biología adquiere fuerza la teoría de los campos morfogenéticos, expuesta por el bioquímico inglés Rupert Sheldrake.  El campo morfogenético sería una especie de memoria colectiva, que actuando más allá del espacio y el tiempo, conectaría todas las cosas y a la que se irían acoplando las formas de la naturaleza.

Las tesis del neurofisiólogo norteamericano Karl Pirbram proponen el modelo de explicación holográfica.  La memoria holográfica no tiene centro sino qué está repartida como en los hologramas y el cerebro funcionaría como un holograma.  Esta hipótesis ha sido llamada por el físico David Bohm “paradigma” (modelo de explicación) holográfico.  Algunas teorías, partiendo del concepto caos como inter conector del microcosmos , postulan la existencia de un número infinito de universos coexistentes e interrelacionados implicados en estructuras disipativas de carácter caótico con el objeto de crear organismos superiores ordenados, permitiendo pensar al ser humano como si fuera un dios.

 

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