HISTORIAS DEL CASTELAO
El café Castelao es un lugar imaginario,
inspirado en un local gastronómico situado en Lanús oeste, sobre la calle 25 de
mayo, antiguo y remozado, con decoración de madera oscura, con el encanto de lo
atemporal, que podría también situarse en cualquier otro lugar. El establecimiento se llama así porque su dueño
de muchos años se llamaba Rafael Castelao, un inmigrante gallego que comenzó
como mozo del lugar, que tenía otro dueño y otro nombre. Don Rafael llegó con su numerosa familia
siendo muy joven y empezó a trabajar en el bar casi adolescente y llegó a ser
encargado, con el correr de los años.
Cuando el dueño del lugar, ya anciano se retiró le ofreció la venta del
fondo de comercio a don Rafael, quien aceptó y dio al bar un nuevo nombre o sea
su apellido, como él era muy conocido la clientela siguió fiel. Rafael Castelao se casó con una paisana suya
llamada Jacinta Pávez y no tuvieron hijos, pero un hermano de Rafael murió muy joven
y él se hizo cargo de un sobrino, para ayudar a su cuñada viuda y para pasar la
posta del bar cuando él ya no pudiera o no estuviera. Ese sobrino se llamaba Hugo y fue el padre
del actual dueño que es Nicolás. Pero
los planes de don Rafael para dejar un sucesor no llegaron a cumplirse ya que
Hugo murió muy joven. Otro sobrino, Horacio,
estuvo ayudándolo a don Rafael bastante tiempo hasta que se retiró y luego
falleció. Horacio era el encargado, pero
la dueña legal era ahora doña Jacinta, la viuda de Rafael, que murió muchos
años después, casi centenaria. Mientras
tanto a Horacio le llegó la hora de jubilarse y algunos problemas de salud
apuraron ese trámite. Pero ahora la
cuestión era quien quedaría al frente del Castelao porque Horacio tenía dos
hijas que eran docentes, había que buscar otro encargado y así con el beneplácito
de doña Jacinta, Horacio contactó a su sobrino Nicolás, un muchacho
multifacético, que estudio de todo y viajó mucho, que al hacerse cargo del
local lo remozó al estilo de un café madrileño, le agrego carta estilo gourmet
y se largó nomás, fue un éxito. Pero lo
interesante es la gente que se reúne ahí, el café Castelao llega a su punto de
mayor encanto en otoño e invierno, entre las 3 y 5 de la tarde y luego de las
siete de la noche, hasta la medianoche que está abierto. Es por esa razón que iré incorporando esas
historias de los parroquianos de tal singular lugar con el título de “Historias
del Castelao”.
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