IMPRESIONES 25

 3 marzo 2019.  Ayer vi en Cine Cosmos UBA “Nuestra hermana menor”, película japonesa dirigida por Hirokazu Koreeda.  Magnífica fotografía, en especial los paisajes en otoño y los cerezos en flor, en la región de Kamakura.  Argumento con sutilezas y vueltas creativas.  No hay escenas de sexo, porque si fuera una película argentina mamma mía, estaría repleta.  Los japoneses, al parecer, todavía conservar resabios de lo que podría decirse algo semejante al orden natural de la civilización occidental:  las familias se conforman a partir de la unión de un hombre y una mujer, el adulterio sigue siendo materia grave, el respeto a las personas mayores, el pedido de perdón y su obtención.  Los chicos van a la escuela con uniforme de corte naval (Japón es una isla y su base de poderío es la marina de guerra), las chicas juegan al futbol, sin perder un gramo de femineidad, el respeto a las creencias religiosas se ve reflejado en la escena de la vuelta a casa luego de un día de trabajo o de escuela o una simple visita, todos los que entran saludan al altar familiar (el sintoísmo es la religión japonesa, culto a los antepasados con elementos del budismo, aunque también hay muchos cristianos en ese país, en especial católicos), también se mantiene el uso del luto en las ceremonias fúnebres y el respeto a los difuntos visitando la tumba antes de volver a su ciudad.  La sala 2 del Cosmos UBA es más chica que un aula de colegio, aún así entramos todos, hay gente que sale de ver una película de la sala 1 y entra a ver otra en la sala 2 y viceversa.  Algunos espectadores tienen aspecto de intelectuales sesentistas que luego se van a tomas un café a “La Paz” en Corrientes frente al teatro San Martín (antiguo reducto de la intelectualidad que ahora es restaurant de sushi y sucursal de Tienda de Café). 

22.30 hs. Veo desde la combi a una chica de unos 20 años caminando sola por Av. H.Yrigoyen altura de Avellaneda, lo mismo un hombre mayor.  O no tienen miedo o son figuraciones mías, pero la inseguridad existe, mejor no tentar al diablo.  Al salir del cine una señora mayor me observó y me preguntó (yo estaba mirando el afiche de la película):  ¿La vió? Si ¡Qué belleza de película! Exclamó, y me la recomendó nuevamente.  Yo le recomendé otras dos películas del mismo director: “Somos una familia” y “De tal padre, tal hijo”.

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