LA SINARQUÍA

 

Este término fue creado por el ocultista francés Saint-Yves d’Alveydre a finales del siglo XIX. Consiste en un régimen político tripartito asentado en tres pilares:  enseñanza, justicia y economía.  Luego pasó a denominar el supuesto gobierno esotérico (oculto) del mundo, expuesto en la obra del autor mencionado anteriormente “Misión de la India en Europa”.  La sede de este gobierno sería una misteriosa ciudad llamada” Agharta”, subterránea, situada al norte de la cordillera del Himalaya que contaría con salidas secretas a la superficie terrestre, poblada por maestro y sabios iniciados que están en contacto con los humanos.  El autor de esta teoría consideraba a la sinarquía como un sistema para explicar al mundo, cuya clave serían las virtudes del avance de la ciencia y la racionalidad del capitalismo, a través de la implantación de un imperio universal con medios no violentos.  Si bien muchos autores especialistas en el tema de sectas y movimientos esotéricos (Silleta, Vidal) lo califican de reaccionario, los partidarios de la Nueva Era, encabezados por Marilyn Ferguson, consideran a Saint-Yves d’Alveydre como un revolucionario que aporta elementos dinámicos a la sociedad como el futuro gobierno de la Era de Acuario (que sería esta tal sinarquía).  Otros relacionan a la sinarquía con la orden Templaria y el descubrimiento de América e historias por ese estilo. Saint-Yves d’Alveydre nació en 1842, hijo de un médico psiquiatra, tenía problemas de conducta y pasó por varios institutos de rehabilitación.  Poseía una memoria extraordinaria.  A los 20 años se intereso en la filosofía y la historia de las religiones, en especial era lector de la obra de otro esoterista francés Fabre D’Olivet, experto astrólogo.  Era Saint-Yves empleado público disconforme con su trabajo, angustiado por no poder dedicarse como deseaba al estudio de sus temas predilectos.  En 1877 conoció a la condesa María de Keller, viuda y amiga de la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III.  La condesa estaba muy bien relacionada con la corte del 2° Imperio Francés y era asidua visitante de la misma y de los monarcas y era 20 años mayor que Saint-Yves.  

Luego de esta providencial boda, Saint-Yves abandonó su monótono puesto en la administración pública y se dedicó de lleno a la investigación.  En 1885 afirmó haber recibido información de parte de un misterioso personaje, acerca del “gobierno mundial secreto”, instalado en la Agharta.  Ocurre que, en esta época, la del segundo imperio francés (1852-1870) las creencias ocultistas estaban de moda incluso entre los políticos, por lo tanto, no resulta extraño que se abocara Saint-Yves a diseñar un sistema esotérico-político como la sinarquía.  Las tres asambleas que la forman son de carácter social, elegidas por sufragio universal, encargadas de elaborar las leyes y aplicarlas a través de tres organizaciones políticas dependientes.  Estudios críticos posteriores comprobaron que Ernest Renán (El autor de “Vida de Jesús” en el cual se negaba su divinidad) en una obra de 1871 “Diálogos filosóficos”, hacía referencia al surgimiento de una aristocracia que se convierte en cabecera de la humanidad.  Este autor fue muy popular y es muy posible que Saint-Yves tomara de este libro la idea de la sinarquía.  Otro tanto ocurre con la leyenda de la Agharta, que había sido extraída de los libros del viajero polaco Ferdinand Ossendowski.  La Nueva Era re edita la cuestión de la sinarquía para el diseño de un régimen de gobierno en el cual la conciencia planetaria sea quien rige el planeta Tierra. 

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