LOS DESCONOCIDOS: ADELAIDA GIGLI

 Adelaida Gigli es más conocida por haber sido la segunda esposa de David Viñas, pope del análisis literario (de izquierda) en la Argentina de la segunda mitad del siglo XX, y por ser la madre de dos desaparecidos:  Lorenzo Ismael y María Adelaida, ambos hijos habidos con David, el multifacético escritor y polemista (fue teórico y novelista a la vez), que sin embargo criticó a los mismos de su especie (la izquierda cultural argentina) por lamer las botas de Fidel Castro, ignorando los tratos del dictador cubano con el gobierno militar argentino de 1976 a 1983.  Pero Adelaida no solo fue esposa y madre…poseía su luz propia.  Nacida en Italia, llegó con su familia a nuestro país siendo niña, estudió letras en la UBA y allí conoce a Viñas.  El padre de Adelaida era pintor y estaba emparentado con el famosísimo tenor Beniamino Gigli. 

Acompañó a su marido en la aventura de la revista “Contorno”, hito del análisis literario en nuestro país.  Vivió durante la década del 70 en Venezuela, dónde aprende cerámica y se dedica a este arte.  Luego emigra a Brasil y finalmente retorna a su tierra natal, Recanati, localidad del norte de Italia, permaneciendo allí hasta su muerte en el año 2010.  Su obra abarcó tanto la escritura como la cerámica con igual talento.  El progresismo argentino, por falta de lectura o por desidia, ha ignorado a esta intelectual completa, salvo algún que otro testimonio.  Su obra escrita está dispersa, pero una muestra de ella se conserva en un ebook “Todo Contorno “que reúne artículos que nos dan la idea del nivel cultural de nuestro país entre las décadas del 40 al 60,  se escribía bien porque se leía.  Aunque no se coincida con Adelaida Gigli, se la lee con gusto por esa razón, la lectura previa.  Pongo como ejemplo la recensión del libro “Los ídolos” de Manuel Mujica Laínez y si bien ella parte de una crítica negativa de la obra, con base en la teoría del análisis literario existencialista de cuño sartreano, se evidencia en el detalle que leyó bien a fondo toda la novela.  Y que también entendía de arte porque había estudiado pintura queda demostrado en una recensión publicada en la revista “Centro”, en la cual analiza la trayectoria de la pintora Raquel Forner, especificando su paso de una etapa de pintura realista a otra etapa en la cual representa las figuras femeninas como ideas, arribando a la abstracción luego de depurar su estilo que lleva al debate de la representación sin llegar a una verdad definitiva. 

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