ARGUMENTOS
ARGUMENTOS:
Bajo este título voy a copiar una serie de
ideas para películas, obras de teatro, novela o cuento que he ido desarrollando
desde hace un tiempo pero que no llego a concretar quizá a la espera que cuando
pueda ir a un taller literario pueda ordenar las ideas que contienen, mientras
tanto me entretengo un poco con ellos. Por supuesto que habrá continuación, estos son esbozos, no prometo una novela completa sino un cuento largo que puede contarse en cine o televisión.
LOS AMORES DE MAMÁ
Corría el año de gracia de 1960, Diletta
Maldiera era una joven novicia, esperaba el gran día en que se desposaría con
el Divino Esposo. Dilecta estaba segura
que nadie, nadie, ni el mismísimo Diablo se interpondría entre ella y su meta,
eso creía y tan segura estaba que creyó que ella sola ganaría la batalla.
Diletta había nacido y vivido en un pueblo del
interior de la provincia de Buenos Aires, de familia de inmigrantes italianos,
tenía a sus padres, él un hombre blando y cariñoso, ella una mujer severa,
firme, de buen corazón pero dispuesta a hacer cumplir las normas y convenciones
sociales, un hermano varón adolescente y su hermana gemela Dalila completaban
el cuadro familiar. El punto es que
quizá el diablo estaba parado al lado suyo y ella no se daba cuenta. Diletta pudo visitar a su familia, con
permiso de sus superioras ese verano. Se
reencontró con toda su familia, incluidos sus numerosos tíos y primos y también
halló novedades. Su hermana Dalila tenía
novio, un tal José Rossi, joven, alto, apuesto, rubio, pero más bien parco y
tímido. Callaba más que lo que hablaba y
observaba más de lo que veía. Y eso
Diletta lo percibió, aunque trató de olvidarlo.
(Diletta
llegó a su casa con sus padres y su hermanito Marcelo, que la fueron a esperar
a la estación del ferrocarril.
Preguntó
por su hermana Dalila cuando salió de darse un baño
Dalila
viene para acá dentro de un rato, para esperar a su novio…
Ah
No te lo
quisimos contar en las cartas, queremos que lo conozcas es un buen muchacho,
llamado José Rossi.
Cuando
estaban en la mesa cenando, su madre comenzó a relatar las novedades sociales
del pueblo…
Diletta
la que se va a casar es Imelda Capraro
Ah la
hermana del padre Pedro
Rossi
intervino.: ¿Lo conoce?
Si es el
ayudante del p. Eladio Funes, capellán del Convento, el P. Pedro es muy
inteligente y dicen que lo van a mandar a Roma a estudiar…
¿Con
quién se casa Imelda?
Esa es
la cuestión comentó su madre…su novio es un hombre conocido como Favier, tiene
una reputación dudosa, de fortuna mal habida, Imelda está muy enamorada, ni sus
tíos pudieron disuadirla…pobres los tíos Capraro…tanto sacrificio para criarlos
a Imelda y Pedro, que quedaron huérfanos tan chicos…Imelda es un amor de chica
pero…ni su hermano sacerdote la pudo convencer…
Rossi
volvió a intervenir: Ese tal Favier, en realidad se llama Favieri, vino de otro
pueblo, parece que ganó mucho con contrabando, empezó a venir al club y se
adueñó de todas las mesas de pocker, por eso mis primos y yo dejamos de
ir…tiene comprado a todo el personal de la municipalidad y al intendente
también…pésima reputación, mejor ni acercarse…
Es más,
Pedro no quiere casarla a la hermana, los tíos están desesperados…
Volvió al convento y siguió su rutina de
novicia. Unos meses después recibió una
carta en la cual le avisaban el casamiento de Dalila y Rossi. Ella no podía asistir a la ceremonia
obviamente por ser aspirante al estado religioso.
Nueve meses después la familia aumentaba con
la llegada de una nena, primera hija del matrimonio.
La recién nacida, vivo retrato de su padre, se
llamó Isolda, Diletta sólo pudo conocerla el día del bautismo.
(Rossi
seguía callando pero sus ojos buscaban a Diletta, sólo sus ojos en un
principio. Diletta no quería ver, pero
terminó mirando. Volvió al convento y
algo sordo hablaba a su alma que había algo más que los ojos de José Rossi).
Diletta y Dalila eran gemelas nacidas un frío día de invierno, idénticas
físicamente sus caracteres sin embargo eran disímiles. Dalila era pura pasión, impulso, lujuriosa,
caprichosa. Sus padres estaban
convencidos que el casamiento con José Rossi lograría calmarla. Durante un tiempo y con la maternidad fue
así…sólo un tiempo. Un año después
nació Susana, calco del padre. Dalila
era una esposa y madre dedicada. Al año
siguiente llegó Rosalía, la tercera beba del matrimonio que a esta altura
prometía ser fecundo. Mientras tanto
Diletta seguía en el convento.
Pero pronto Dalila se aburrió de la vida
familiar y comenzó a jugar con fuego…
(Jugó
con fuego y se quemó literalmente. Se
iba de su casa a encontrarse con Favier dejando marido e hijas, era la
comidilla del pueblo, los padres desesperados.
Rossi callando, era el carnudo del pueblo. Las cartas llovían al convento, Diletta se
impuso penitencias, disciplinas, nada…Dalila desapareció un día nublado, unas
semanas después de la muerte sorpresiva de Imelda Capraro, era un otoño frío y
desolado. Tres días después el cuerpo
semi quemado de Dalila apareció en el
campo de los viejos Lichinchi que estaba en sucesión pero que Favier estaba a
punto de comprar mediante ciertas artimañas inmobiliarias, nunca hallaron al
criminal, o no quisieron hallarlo, las coartadas de Favier eran perfectas,
aunque en el pueblo todos murmuraban, era tanto el poder que ejercía sobre un
intendente y una policía corrupta y unos cuantos clientes que tenía en las
mejores familias que nadie quería ponerle la mano encima, aunque todos lo
detestaran…)
Carmelo Vicente Favieri se hacía conocer con
el nombre de Alberto Favier, alto, morocho (del sur del Italia sus padres) de
ojos verdes, hombre sin oficio pero con mucho beneficio, pocos conocían el
origen de su fortuna, de origen humilde, se murmuraba mucho sobre él:
contrabando, arreglos con cuatreros, trata de blancas, tráfico de “sustancias”
(morfina y cocó como en el tango)…Dalila cayó rendida a sus pies…
Favier también estaba casado. Su esposa era Imelda Capraro una muchacha de
buena familia, con un pasado un tanto trágico. El papá, Pedro Capraro murió en
medio del campo de la familia fulminado por un ataque de asma mientras
trabajaba a la vista de los azorados peones, su mamá Ercilla no soportó la
pérdida y ni siquiera el hecho de tener a sus pequeños hijos impidió que sufriera
un mortal infarto algunos meses después de enterrar a su marido. Imelda y su
hermano Pedro, que era sacerdote, fueron criados por sus tíos paternos, los
Capraro, gente respetable, no ricos, pero si bien relacionados, tíos empleados
públicos de suma confianza del intendente y tías maestra y secretaría de la
escuela local. Favier tuvo en cuenta
estas cuestiones para empezar a cortejar a Imelda, que cayó enamorada de este
sujeto y se casó con él pese a la oposición de toda la familia, incluido su
hermano Pedro que a regañadientes celebró el casamiento. Favier tenía muy mala fama y quería lavar su “ropa
sucia” con un buen matrimonio y la pobre Imelda pronto se dio cuenta de ello
pero ya era tarde, no había posibilidad de separación ni nada. Además Imelda heredó la afección pulmonar que
llevó a su papá a la tumba, el asma.
Favier y Dalila se conocieron en una fiesta en
el pueblo y comenzaron a verse clandestinamente…el escándalo estaba
servido. Dalila desatendía a la familia,
sus padres comenzaron a alarmarse y enviar cartas cada vez más angustiantes a
la pobre Diletta que seguía en el convento, rezando y rezando…
Imelda Capraro pasaba los días en la casa de
sus tíos llorando su desventura o escribiendo a su hermano, que había sido
enviado por el obispo a estudiar a Roma.
Una mañana Imelda Capraro sufrió un ataque de
asma y falleció apenas llegó al hospital…Favier ni se inmutó por su muerte,
Dalila era ahora su mayor interés…pero…
Dalila era apasionada, pero buena mujer, y le
echó en cara su frialdad con Imelda, porque ella la conocía y apreciaba, y
lamentaba su muerte…un tanto sospechosa porque Imelda, había tomado durante la
noche anterior a su muerte los remedios contra el asma, situación que daba pie
a pensar que Favier, conocedor del uso de ciertas sustancias, porque se
encargaba de traficarlas hubiera adulterado esas medicinas con un fin non
sancto…Dalila se lo echo en cara y amenazo con denunciarlo…A los pocos días
Dalila desapareció y tras una intensa búsqueda su cuerpo semi quemado y semi
enterrado fue encontrado en el medio de un campo abandonado.
(Pero el
diablo ya había hecho lo suyo, Diletta pidió licencia a su superiora, ya estaba
próxima a consagrarse pero tenía que estar al lado de su familia, volvió a su
hogar, consiguió trabajo de maestra en el pueblo, mientras sus padres se
encargaban de las chiquitas, los padres de Rossi habían muerto y su hermana
vivía lejos, sólo tenía cerca una tía viuda y sin hijos a la cual le arrendaba
tierras, pero la señora tenía problemas de salud…por eso la única ayuda eran
sus suegros…)
(Un día
dejó de mirar y le habló a Diletta:
¿Querés
casarte conmigo? Yo siempre te esperé y
te voy a esperar si es necesario…
Y ella
lo miró y exclamó: Si.
Se
casaron, las chicas llamaban mamá a su tía.
Favier,
en su casa, se reclinaba en su sillón, prendía un habano y revolvía el whisky,
sonreía maléficamente mientras repetía:
Quién lo diría, Rossi casado con su cuñada que pintaba para monjita.)
Mientras la vida continuaba, Diletta esperaba
un bebé, que finalmente nació muerto, era un varón.
(Dolor
infinito, Rossi le dijo no más hijos, no quiero que sufras, no quiero tampoco
sufrir más yo).
El tiempo pasó, las chicas crecían y formaron
sus familias. Los viejos partían
también, el recuerdo de Dalila e Imelda parecía haberse evaporado,
parecía…Favier seguía con sus chanchullos, protegido por los poderes de turno,
aunque de tanto en tanto el recuerdo de lo ocurrido tanto con Imelda como con
Dalila lo acechaba, porque a Dalila la amaba, pero tuvo que matarla para tapar
el crimen de Imelda…Los años pasaban, la familia cambiaba: los padres de Diletta murieron, sus viejos
tíos también, las chicas crecieron, se casaron y los llenaron de nietos...(Rossi y Diletta permanecían los unía el
amor pero también un dolor a cada uno:
ella decirle no a Dios, él perder a su amada Dalila, a pesar de los
pesares también la había querido mucho.
El tiempo pasaba y ella pensaba también o tal vez, que cuando Rossi no
estuviera volvería al convento.)
Pasó de repente, el pecho de Rossi dio una
alarma, un susto, hospital, angioplastía, vuelta a casa, pero antes de eso…era
otoño, frío y lluvia, Diletta y las chicas lloraron hasta más no poder. (El tiempo también pasaba para Favier, su
poder económico seguía intacto, pero sus excesos le pasaban factura. Sus compañías femeninas eran cada vez más
jóvenes y de menor reputación, le daban bastante dolor de cabeza y debía
cambiarlas con frecuencia, para no dejar evidencias…)
(El
tiempo pasaba y algunos se iban, de los tíos Capraro, los tíos de Imelda,
Felipe, Nicolás y Vicente, habían fallecido, pero las dos tías solteras Norma y
Adalgisa vivían aún en la vieja casa, ellas eran las que se ocuparon de la
crianza de Imelda y su hermano Pedro cuando quedaron huérfanos, con ayuda
también de su familia materna los DiGregorio, pero de ellos no sobrevivía
nadie, sólo los primos…Norma y Adalgisa, maestras jubiladas, eran ancianas de
muy buena memoria…Además, en esos días, Pedro Capraro, ya cardenal, volvió de
Roma para visitar a sus tías, cumpliendo una promesa…y para cumplir otra
promesa también…que hacía estremecer un poco, cada tanto, al ya cascoteado
Favier).
Diletta conocía a Pedrito Capraro desde la
infancia…además, ya joven sacerdote era ayudante del capellán del
convento…ambos se tenían mucha estima…ambos tenían cuentas que cobrarle a
Favier.
(Vos sos
un mal nacido, con todo lo que Imelda te toleró…
Callate,
loca, le ponés los cuernos a tu marido, lo sabe todo el pueblo…
Cretino
Andate
si querés…total…no sabés lo que puedo ser capaz de hacer…
Me voy,
pero todo va a saberse…
Esperó
que se alejara…unos pasos, un golpe seco, instantáneo…luego deshacerse del
cuerpo, que mejor que el fuego…así no quedaban evidencias…el fuego, que también
purifica todo. Ya tenía preparada unos
días antes la fosa que servía de hogera, en el campo abandonado de los viejos
Lichinchi, que compró fraudulentamente puenteando a sus herederos y colocó a
nombre de un testaferro…se las sabía todas…pero sólo pudo acallar su conciencia
con unos cuantos vasos de whisky, el mismo whisky que mezclado con los remedios
contra el asma había sido el pasaporte de Imelda Capraro a la eternidad…)
EL PADRE TINCHO (2020)
El padre Tincho (su verdadero nombre era
Martín) era un joven sacerdote recién
ordenado de una diócesis del conurbano bonaerense, tenía 28 años, era feliz,
había pasado por un seminario casi nada exigente y se había divertido mucho y
estudiado poco, tenía gran entusiasmo y pocas lecturas, muchas ganas de ir a
una parroquia villera o con jóvenes, pero si era villera mejor, así se
convertiría en un “cura villero” como sus ídolos, así sería un
“revolucionario”. Lo había ordenado el
obispo de su diócesis, monseñor Hugo Lunones, que era su otro ídolo (no decía
su “alma mater” o “mentor” porque de latín, lengua nefasta que envenenó a
Estaba descansando en su habitación de la casa
curial, pensando en la labor de los curas villeros y viéndose él en lo mismo
dentro de algunos años, retratado por la tele y las revistas, ese viernes de
cuaresma cuando el obispo Lunones lo llamó, para conversar con él entre mate y
mate.
Pronto el obispo se puso un poco serio:
Tincho, vos sos un hijo espiritual mío, confío
mucho en vos, se que te estás formando en la buena senda del nuevo paradigma,
pero…te necesito en un puesto imprescindible para la pastoral diocesana de la
iglesia en salida, aunque a vos te resulte algo anticuado no podemos dejarlo de
lado o desatenderlo, daríamos mala imagen…te voy a nombrar capellán del hogar
de ancianas diocesano…
Tincho se sobresaltó…pero ídolo no me hagas
eso, a ese lugar…al pudridero (así llamaban en la curia al hogar…cuyos
capellanes siempre habían sido sacerdotes de la misma edad de las
habitantes…mal llamadas “chicas”, “niñas” o “muchachas del día de damas o “las
chicas de la matinee” “las que estudiaron con Sarmiento” u otros apodos por el
estilo…
está lleno de viejas, y el pueblo de Dios, los
pobres que nos necesitan más…
Ellas también son pueblo de Dios, Iglesia
peregrina…
Pero ídolo, ese lugar lo donó una
ricachona…que tenía título de nobleza, decían que era marquesa pontificia…
A ver, Tincho (la voz del obispo se volvió
dura, áspera) más respeto con ese lugar y con la señora marquesa pontificia
doña María Leticia López Rodríguez Fernández Pérez viuda de Carrillo de
Albornóz (con grandeza de España) y viuda de Civitavecchia. Bueno, esos títulos gracias a Dios el
Vaticano II los eliminó y dejame continuar que no tenía hijos y nos legó a la
diócesis todos sus bienes, mejor dicho en tiempos de uno de mis predecesores, Monseñor
Colgatti.
Ese corrupto.
Basta Tincho, te hablo en serio.
Sabés Genio, que pasa, tengo unos feos
recuerdos de cierta gentuza que rodeaba a esa mina.
Tincho, no hablés así sos un sacerdotes
Vos nos pedís que hablemos con parresía o no…
Bué…
La señora siempre ayudó económicamente a la
diócesis, es mas, Mons. Colgatti y Mons. Nazzari tuvieron grandes batallas
legales con los hermanos y sobrinos, que pretendían saltear el testamento,
hasta yo tuve que vérmelas en estudios jurídicos y demás…pero todo quedó
arreglado y en orden…
Se hizo un silencio mortuorio…
¿Aceptás o no?
Acepto, refunfuñó (pensó que posiblemente era
una ventaja hacerlo, que ese cargo sería un trampolín para lo que él deseaba,
un cura revolucionario, en boca de todos…oh la vanidad, el diablo sabe…)
Bien, si aceptás tenés que visitar el lugar y
hablar con el padre Mario Lancia, que se va a jubilar y deja el cargo vacante…
Ah el padre Cacho…
El mismo
Recordó a ese sacerdote menudo y enérgico,
párroco de
Aunque tenía pocas ganas se dirigió al hogar y
fue recibido por el administrador, el contador y escribano Mauricio Rocca,
quien se encargaría de ponerlo al tanto del funcionamiento de la institución.
Buenos días Padre
Decime Tincho, puedo ser tu hijo
Rocca con mohin de disgusto: Ud. es un sacerdote y lo trato de usted, es
un consagrado, al igual que las religiosas, también las trato de usted
Tincho chasqueó los dientes, un plomazo este
Rocca.
Mire padre(la voz de Rocca se volvió áspera y
cortante)..Este hogar tiene un verdadero tesoro en la capilla, la marquesa doña
María Leticia no escatimó nada para esta obra luz de sus ojos.
Tincho escuchaba fastidiado
Este templo es la reproducción en tamaño menor
de la catedral de Monreale, en Sicilia, una obra única del arte bizantino en
Europa Occidental junto con San Apolinar en Rávena.
Tincho estaba al borde del bostezo y
pensaba: este fanfarrón dale con la lata
y la vieja ricachona y los pobres que se podrían ayudar vendiendo este lugar…
Tincho entró a la capilla flanqueado por Rocca
y no podía creer lo que veía, mosaicos en el piso, en la pared, cubiertos de
capas de dorado a la hoja y no entendía como tanta guita en eso y sin
embargo…estaba él también fascinado.
Y decime Mauricio, ¿el altar dónde está?
Ahí
Pero no es el altar, es la pared
El p. Cacho celebra ad orientem,
Liturgia era lo último que aprendíamos en el
seminario, y onda carismática…
Aha pronunció Rocca mirándolo de reojo
Tincho se retiró aturdido, casi se olvida de
saludar a Rocca, como si lo asfixiara el lugar, el olor a viejo, a remedios, a
desinfectante, aún así sentía nauseas en un lugar extremadamente limpio, no
quería quedarse ahí con las viejas, lo peor de
Celebrar Misa al alba para las lúcidas,
confesar filas de damas que juntas superaban los 1000años más o menos, y eso
una vez por semana…
En la mesa del mediodía, junto al obispo,
estaba el párroco de la catedral Víctor Calles, Tincho permanecía en silencio
hasta que el obispo dijo
Tincho, mi decisión de enviarte como capellán
al hogar de ancianas se debe a la jubilación del p. Cacho, y me interesaría que
antes de tomar posesión de tu nuevo cargo hables con él.
El padre Cacho, cuyo nombre real era Mario
Franco Lancia, era el recordado párroco de la parroquia Nuestra Señora de
Lourdes, bastión de los tradicionales un tanto remisos a la implantación de las
reformas del Vaticano II, sin embargo Cacho era muy querido por los jóvenes, ya
que evitó la sangría de fieles y vocaciones en los turbulentos años 60 y 70,
luchando a puro Rosario y Adoración del Santísimo y celebrando a escondidas la
misa tridentina. El obispo Colgatti lo
envió a la parroquia Nuestra Señora de Fátima que pasaba la misma crisis gravísima,
con infiltración de la guerrilla y huída de fieles a las filas del lefevrismo,
a su vez y logró no solo sacarla de este marasmo sino fundar un colegio y sacar
tanto vocaciones sacerdotales y religiosas.
Monseñor Colgatti y Monseñor Orezzi lo apreciaban mucho al p. Cacho,
pero ahora le llegaba una jubilación merecida.
Tincho aceptó de buena gana, dentro de su pesadumbre, el consejo del
obispo y concretó una entrevista con el p. Cacho. Lo invitó a almorzar a su casa, mejor dicho a
la casa de sus padres en la cuál ahora vivía.
Sus padres eran un devoto matrimonio de italianos de origen humilde y
trabajador que se contaban entre los fundadores de la capilla de Loreto, luego parroquia. La casa era obra de su papá don Vincenzo que
la levantó con sus propias manos y luego amplió y modernizó. Además en esa casa luego del fallecimiento de
sus padres vivían sus tres hermanas solteras:
Coca, Pichina y Porota las tres maestras jubiladas y eximias pianistas y
organistas de parroquia, a las cuales se sumaban los fines de semana sus tres
primas hermanas también solteras y maestras jubiladas: María Elena, María Teresa y María Estrella.
-Tincho, lo fundamental es que las escuches la
mayoría de ellas está muy sola, a muy pocas las visita la familia, algunas
porque ya no les queda nadie. Le dan
mucha importancia al sacramento de la confesión, no sólo por la gracia que
reciben sino porque hay alguien que las escucha, al cura le tienen respeto y
confianza. Es imprescindible que vayas a
confesar una vez por semana…
Tincho escuchaba con pesar todo lo que debía
hacer, lo que le recomendaba el padre Cacho, porque era todo lo contrarío que
le habían enseñado en el seminario.
-Yo se que para vos , un sacerdote joven es un
plomazo, pero si les cumplís, te van a querer y son muy agradecidas. Y si les pedís que recen por vos lo harán
seguro. También reza mucho por ellas y
por vos, yo también haré mi parte, aferrate al rosario. Ellas tienen sus
historias: algunas fueron esposas
engañadas, maltratadas, abandonadas por sus hijos, y algunas solteronas
resultaron frustradas en su vida sentimental por imposición de sus padres…es un
alto porcentaje, no te digo que todas pero muchas presentan ese cuadro
penoso…también forman parte del sector de seres vulnerables que tanto nombra el
Papa.
-Cacho, lo de la confesión, el obispo me dice
que las personas mayores no lo necesitan, salvo peligro de muerte, no matan, no
roban o explotan a los pobres que es el pecado más grave…Dios es
misericordioso.
-Hay siete pecados capitales, el peor la
soberbia, el pecado de los demonios como explicó Santo Tomás de Aquino, son
capitales de ellos derivan todos los demás, la concupiscencia es la tendencia
al pecado de nuestra naturaleza caída, si bien el bautismo nos da la gracia
santificante que lo borra, la confesión nos ayuda a vencer la concupiscencia…
-Ah…
-También es peor el pecado de los viejos…como
el episodio de los ancianos libidinosos y Susana, en el Antiguo testamento…el
episodio de la casta Susana…
-No sabía…
El padre Cacho dio un resoplido…ay pibe ni
siquiera viste “La casta Susana” con Mirtha Legrand.
Tincho se rió mucho…pero en el seminario ni
bola a eso
-Pecados cometemos hasta el último día de la
vida también tenés con la confesión la vía abierta al arrepentimiento,
conversión y salvación, aunque sea al último momento, o un poco más, como lo
explica Garrigou Lagrange, los tiempos de Dios no son los nuestros
-y quién es ese que me nombró?
El padre Cacho, ya no resoplaba, se había acostumbrado
que el padrecito Tincho era un buen pibe pero con escasa o nula formación en un
deplorable seminario…por eso cambió su estrategia, se puso a enseñar al que no
sabe.
-Por si no sabés este autor era uno de los
teólogos más importantes de la primera mitad del siglo XX, puedo acercarte
algunos libros de él para que leas, en especial el de la vida eterna…pero se
prudente no se lo muestres al obispo.
-¿Por qué?
-Leelo primero con cuidado, si querés venir a
mi casa a leerlo para que no te lo vean mejor, así te puedo explicar lo que no
entendés
-¿Qué tiene de malo un libro sobre la vida
eterna?
-Algún día te lo voy a explicar…ahora hay que
ir al grano, que es prepararte para capellán de un hogar de ancianas.
-Padre, tampoco se mucho de la confesión en la
práctica…casi no se, en la catedral charlo con la gente…
-Bueno, esperame que ya vengo.
El padre Cacho fue hacia uno de los estantes
de la biblioteca, debajo del cual había un cajón, que abrió con una llavecita,
del cajón tomó un pequeño pero voluminoso libro con tapas de hule negro. Lo tomó y lo llevó hacia donde estaba Tincho y
lo apoyó sobre la mesa.
-¿Qué libro es?
-Un misal…de
-Padre, por qué tanto secretismo y escrúpulos
con estas cuestiones, con ese autor y con el Misal…
-Es largo de explicar, lo dejaremos para otro
día, ya te darás cuenta.
A Tincho estos comentarios le preocupaban,
trató de disimularlo, pero el p.Cacho se daba cuenta, sin embargo no le decía
nada. Cuando se iba, Tincho le pidió que
fuera su director espiritual, que lo consultaría con el obispo.
Luego, el obispo no se opuso. Le indicó que su tarea en el Hogar
consistiría en ir los martes y jueves a confesar y charlar con las señoras y el
domingo a las 10 de la mañana a celebrar
La noche anterior a su presentación en el
hogar, casi ni durmió. Mientras se
aprontaba con el obispo que lo acompañaría a la toma de posesión del cargo de
capellán, ese martes, que incluía la misa, el obispo le comentó que también
estaría el p. Cacho para despedirse de las “chicas”…Tincho se sintió más
tranquilo.
Entró junto al obispo Lunones para tomar
posesión del cargo, firmó papeles bajo la escrutadora mirada de Rocca. El domingo celebraría la primera misa, pero
ese martes sería presentado ante toda la comunidad del hogar que incluía al
personal médico, enfermeras, mucamas, maestranza y a las internas por supuesto. Cuando terminó la presentación formar, Cacho
lo invitó a su casa a tomar mate, previa autorización de Monseñor. Mientras mateaban el p. Cacho explicaba:
-Rocca es buen tipo, leal, si es meticuloso,
su oficio lo exige, tenés que saber pedirle ayuda y te va a dar una mano,
ganate la confianza de él.
-Cómo lo hago?
-Antes que nada escuchalo porque vos sos nuevo
en esto y no lo contradigas sin fundamento.
Escucha mucho porque hay mucho que aprender y vos aprendes rápido. Por
ejemplo, no vuelvas a decirle nada con respecto a la capilla como la primera
vez que fuiste y le dijiste que había que desmontarla y vender los objetos
valiosos para ayudar a los pobres…fue un error de inexperto y de tus formadores
del seminario…esos comentarios fomentaros la mirada de enojo de Rocca a la que
hiciste alusión. El sabe mucho, conoce
mucha gente y vio pasar trigo y cizaña juntos a la vez, y tiene esa actitud
previsora, también es algo irónico y burlón al hablar defecto que yo le hice
notar…pero es persona confiable.
Con oración y silencio interior y escucha te
formarás un criterio correcto que servirá de mucho a tu tarea sacerdotal.
El domingo de la primera misa en el hogar
mientras ayudaba al obispo a revestirse en la sacristía lo escuchaba comentar
con desprecio:
-Yo dando misa a las veteranas con lo que me
necesitan los pobres de los asentamientos de Villa Rivera, encima se jubila
Cacho, que es el único que las entiende.
Desde media hora antes en la capilla esperaban
todas las habitantes del asilo, las lúcidas y las un poco idas, muy bien
acicaladas, asistidas por las diligentes mucamas que cumplían su tarea con
paciencia sin par. En ese rato pudo observar el ascendiente del padre Cacho
sobre las damas y la poca empatía del obispo con esa clase de público. La misa
transcurrió sin sobresaltos, sobre la presentación de Tincho el obispo dijo
unas pocas palabras y le cedió el honor de decir la homilía al P.Cacho.
DETRÁS DEL TERRAPLEN (2016)
(Encuentran
el cadáver de un hombre dentro de un automóvil.
Tiene un disparo en la frente, en un descampado cerca de una villa en
La
víctima pertenecía a un gremio de trabajadores sanitarios y sociales, y se cree
que su muerte no se debería a un intento de asalto sino a una cuestión más
relacionada con la política. Detienen a un joven sospechoso, que poseía un
arma del mismo calibre del disparo
mortal. Este confiesa ser autor del
crimen. Su hermana tenía una relación con el occiso y estaba embarazada y él se
negaba a reconocer al bebe e insistía en la realización de un aborto para lo
cuál cita a la chica en el lugar para conversar dentro del automóvil. El muchacho acompaña a su hermana y se queda
cerca, al escuchar que la discusión entre ambos sube de tono, el se acerca y le
dispara creyendo que le iba a hacer daño a la chica. Luego de simular un intento de robo se
escapan, hacia su casa en una villa del sur del conurbano bonaerense.
Al
descubrirse la verdad, la psicóloga que era pareja de la víctima admite que
conocía la relación, que estaban separados pero aún vivían bajo el mismo techo,
y que no había motivación política en el crimen.
Se
entrecruza también la relación conflictiva de la viuda con su madre, que está
postrada y también vive en el sur del conurbano bonaerense, de dónde ella era
oriunda).
-Viniste
-Hoy es miércoles, mi día libre. ¿Película
nueva?
-Si me la compró Roxy en el centro, en la
calle Corrientes.
-Que raro vos, en blanco y negro, película
francesa, siempre ves cine yanqui…en fin yo no salí a vos, no e tiendo nada.
-“Las damas del bois de Boulogne”, de Robert
Bresson. La ví hace muchos años en el
cine, con Maricé, una compañera de la facultad de medicina.
-Nunca me nombraste a esa amiga.
-También era maestra y le gustaba el cine,
abandonó la carrera en segundo año, yo la dejé en tercero.
-Y esa actriz tan bonita ¿quién es?
-María Casares
-en una película francesa con ese nombre
-si, era española pero vivió en Francia, ya
falleció, vino mucho a acá para hacer teatro.
-Nunca me la nombraste, tampoco.
-Bueno, no se había dado la oportunidad.
-Rubi, tenemos que hablar.
-Qué Negrito
-Conocí una chica, en villa Centenario,
divina, 19 años, me duele decírtelo pero voy a comenzar una nueva vida con
ella.
-Así nomás me decís que soy cornuda.
-No Rubi, no es así, no entendiste
-Entendí, entendí, me pagás así 16 años, sos
una m…
-Rubi
-Andate, si ahora querés carne fresca…total el
departamento es mio.
-Es mitad tuyo…yo lo compre con el cobro de un
juicio.
(Esa
noche el se fue a ver a sus hijos, de una pareja anterior. Ella se quedó sola,
se tiró en la cama pero no pudo dormir casi, su vida pasó por su mente como una
película en continuado. El casamiento de
sus padres forzado porque su madre estaba embarazada de ella, el rechazo de su
madre cuando su abuela paterna la conoció y exclamó: ¡Qué felicidad, es igual al padre!. La
preferencia de su madre por su hermana del medio. La mudanza a Buenos Aires, el desarraigo, la
apatía y el aislamiento de su padre, el maltrato psicológico de su madre hacia
él, el ninguneo que le imponía a las hijas con respecto al padre. Su madre, ambiciosa y avarienta a la vez, su
amor a la guita, las pilchas, la vida fuera de casa, se iba a estudiar, las
dejaba solas hasta que llegaba del padre del trabajo, una mujer muy joven que
competía con sus hijas ni bien llegaron a la adolescencia, eso sí, ella heredó
de su madre una gran capacidad para trepar. Recordó cuando las enviaron a ese
colegio de monjas sin monjas que vanamente intentaron comprar como
inversión. Las traiciones que ella misma
infligió a sus compañeras de curso para tener el mejor promedio y ser
abanderada, convertirse en lleva y trae de preceptoras y profesoras. A casi
todas las mandaba al frente, nadie la podía derribar en su marcha triunfal, por
su inteligencia y aplicación, a
todas…menos a Miriam, la única a la que nunca traicionó a la qué no veía desde
hacía más de 30 años, ¿qué habría sido de su vida? Lo último que supo era que se había recibido
de maestra y trabajaba en zona de villa…Tan unidas eran que algunos creían que
eran familiares, primas, hasta iba a estudiar psicología con ella, pero Miriam,
también estudiosa y aplicada no pasó el examen de ingreso y optó por otra
carrera, y en ese momento sus vidas se separaron. Comenzó a recordar el primer
día de clase en ese colegio, era primer año de la secundaria, no conocía a
nadie. Todas las demás chicas miraban a
esta desconocida nueva alumna, el aula era larga y profunda, caminó hasta que
encontró un banco libre al lado de otra alumna.)
-Permiso me puedo sentar…
-Si
-¿Cómo te
llamás?
-Miriam y
vos
-Odilia
pero me dicen Odile…u Odi…vos sos de acá…
-si desde
jardín…vos sos nueva, de dónde venís
-de la
escuela 26
-Ah es
cerca de mi casa
Sintió
empatía con ella enseguida.
Al recordar
ese primer día de clase y su encuentro con Miriam sintió una ráfaga de calidez
que la tranquilizó y la dejó dormir tranquila.
(al
miércoles siguiente vuelve a ver a su madre, sospecha que ella intuye sobre su
crisis de pareja, pero todavía no le quiere contar nada…llega su hermana Sadie,
la preferida de su madre, es médica, alpinista, no le da bolilla a la madre que
tanto hizo por ella…hasta postergo a Roxy su hermana menor haciendo que por un
tiempo abandonara la carrera de filosofía y letras para trabajar de
recepcionista en el primer consultorio que tuvo Sadie, financiado por su
madre…Roxy vive con su madre y la cuida, Sadie está divorciada y tiene dos
hijos:una psicóloga y un estudiante de medicina que se va a escalar montañas
con ella, ven poco o casi nada a la abuela…Sadie solo le consigue los remedios
a su madre, ella, a veces de noche llora y la llama pero nada…Roxy no es casada
ni tiene pareja, trabaja en varias escuelas, cuida con devoción a su madre, la
ayuda una señora…Odi se conecto con Roxy de adultas, cuando eran chicas estaban
como separadas, ella por un lado y Sadie yRoxy por otro eran carne y uña…otros
tiempos)
-holiss que cara
¿qué te
trae por acá?
-mamá, los
miércoles vengo a verla
-que seca
estás
-tengo
mucho trabajo
-siempre
tan laburante
-si vos lo
decís, Roxy me contó que ayer mamá entre sueños te llamaba
-no me
salgas con eso, no tengo tiempo el finde voy a Bariloche a escalar con Ale…que
cara che, te sigue la mufa…
-que les
vaya bien
-ay Odi,
como te fue…
-mal Roxy,
ni bolilla
-no te
puedo creer…como cambió éramos una piña, mamá hizo todo por ella
-creo que
por eso mismo…tanto por ella
(ambas hermanas se abrazan y
lloran en silencio para que no escuche la madre)
-mamá
duerme Odi…estuvo tranquila
-es
progresivo, algún día tendremos que pensar en internarla…
-me resisto
-la
enfermedad enferma, quizá llegue el momento que no la podamos manejar, un
geriátrico no es abandono…
Su mamá ya
está despierta, se acerca al borde de la cama
-¿Y Sadie?
-no puede
venir
-Siempre lo
mismo
-Se va a
esquiar el fin de semana con Ale al sur y a escalar…
-Es una
desagradecida…y rompe a llorar.
(Ella le
toma la mano y la abraza le pregunta si quiere merendar, la mamá asiente, llama
a la cuidadora y le pide dos tes con leche y el budín que acaba de traer).
-¿Qué
película vas a ver hoy?
-“Manon”.
-Nunca la
oí nombrar.
-Es
francesa.
-Seguro que
la viste con esa amiga que yo no sabía que tenías…
-Si.
(Esa medianoche se despertó y
volvieron los recuerdos. Nunca traicionó
a Miriam, era inexplicable porque nunca lo hizo: era muy buena chica, no se
colgaba de ella pidiéndole las tareas porque era buena alumna y
responsable. Miriam tenía un plus,
abolengo, su mamá era ex alumna del colegio y muchas profesoras la conocían y
su familia materna era una de las familias más importantes de la ciudad.
Un día,
una profesora, una señora mayor, paso lista al curso y le preguntaba a cada
alumna de que escuela provenían…cuando llega a Miriam, esta le cuenta quien es.
-Así que
sos hija de Lea
-Si
profesora
-Mándale
saludos
Ahí entendió
lo que le faltaba y lo que tenía que ganar, y se quedó pensando la manera de
lograrlo. ).
No pudo
ocultarle a su madre lo que ocurría, ella la escuchó, la abrazó y la dejó que
llorara.
Él volvía
poco al departamento, ella se sentía ahora más tranquila a pesar de todo.
Juntó
coraje y marcó el número de teléfono.
-Hola
-¿Tía
Perla? Soy yo
-Ah,
chiquita, tanto tiempo…cómo estás…
-Bien y vos
y el papu…}
-Bien
nena…te paso con él
-Rubita…como
está, te acordaste de tu papu…-
-con ganas
de verlos…
-cuando
quieras…
-el domingo
voy…
-bárbaro
porque el Gongo viene el sábado…te esperamos.
(Su
padre era la figura enigmática de su vida, al menos de su vida ante los otros,
nunca lo nombraba, muchos lo creían muerto, pero ella era la niña de sus ojos,
su vivo retrato.
La
historia de sus padres era la de un matrimonio malavenido, entre dos personas
de distinto signo social. El padre
pertenecía a una familia importante del pueblo donde vivían, en pleno campo. Su madre era hija de un empleado del ferrocarril, no eran pobres pero
su rango social era otro. Ella lo
persiguió hasta lograr casarse con él, pese a la oposición de su abuela
paterna, que a pesar de todo adoraba a su nieta mayor pero ella lo supo demasiado tarde. El joven matrimonio disimuló como pudo sus
conflictos, la falta de horizontes impuso el traslado hacia esa ciudad del gran
Bs.As.en la cual la aguas se mantuvieron calmas hasta que la crisis estalló,
cuándo su padre, empujado por el desinterés de su madre hacia él buscó en la
compañía de otra mujer lo que le faltaba, más que una amante una cuidadora que
cocinara, lavara y planchara su ropa, que lo atendiera y escuchara, era una de
las empleadas de maestranza de la oficina en la que trabajara, que además le
dio lo que para él no tenía precio: su
único hijo varón. Cuándo su madre
descubrió la situación tronó la venganza, de mujer despechada: no le permitió ver a sus hijas durante un
tiempo, tampoco volver a la casa familiar, menos que conocieran al hermanito…)
-¿Qué estás
viendo hoy?
-“Manón”
una película francesa…
-Nunca la
escuché nombrar…
-Es la
historia de Manon Lescaut, en su momento fue un escándalo por una escena en la
que se veía un poco del pecho de ella, en los años cincuenta eso era gravísimo…
-Ehhh…
-Las
películas francesas eran las más zarpadas…hasta ahí…
-Por lo que
te escucho tenías tu veta intelectual
-Y si, en
la facultad a veces se hablaban más estos temas, no tanta frivolidad…eran
tiempos de ebullición nuevo pensamiento, el existencialismo, Europa, mejor
dicho Francia era el faro cultural…
-Esa amiga
tuya, Maricé nunca me la nombraste…
-Es que
dejamos de vernos, ella también era maestra…una persona muy especial, nunca me
hubiera traicionado, era muy buena, no tenía las tinieblas interiores que yo si
tengo, fue bueno para ella que dejáramos de vernos…
-¿Cuándo
pasó todo esto que me contás?
-Ella dejó
la carrera en segundo año, porque la mamá no le permitió hacer guardias de
noche, pero creó que ella no estaba muy convencida de seguir la carrera, era
muy estudiosa y aplicada, pero era muy apegada a su casa, le costaba sacrificar
un fin de semana…también había comenzado a estudiar inglés, y trabajaba mucho,
como maestra en un turno y con chicos particulares, tenía que ayudar a su
familia…ah me olvidaba de contarte que era vecina y conocía a la mamá de
Myriam.
(Odile
casi se atraganta con el te)
-¿Dije algo
que te molestó?
-No, estaba
tragando demasiado rápido (Se le llenan los ojos de lágrimas, Myriam tampoco la hubiera traicionado. Se despidió de su madre y emprendió el camino
de vuelta a su casa. Mientras esperaba
el tren casi vacío, caía la tarde de otoño y los recuerdos se agolpaban en su
cabeza y en su corazón, en especial las imágenes de esa película “Manón”, las
escenas finales cuando las plantas del desierto, enfocadas de tal manera que
simulaban ser monstruos o demonios torturaban con su presencia torturaban la afiebrada
imaginación del agonizante protagonista que cargaba a su amante muerta. Esas imágenes eran sus propios recuerdos.
Cuando sus padres se repusieron de esa
crisis volvieron a vivir bajo el mismo techo, pero dormían separados, las
tensiones estaban a la orden del día, sin embargo continuaron con esa vida
hasta que él sufrió un infarto pero lo operaron y se recuperó, y tomó la
decisión de irse a vivir a la casa de su ciudad natal junto con su hermana que
acababa de enviudar. Ella visitaba
secretamente a su padre. En el mientras
tanto, su madre formó pareja con un señor llamado Emilio, al cual ella llamaba
Emilito y lo trataba como un objeto. La muerte de dicho caballero un tiempo
antes había acelerado el deterioro de salud de su madre).
-Papu,
tengo que hablar con vos en serio.
-Te veo
triste Rubi.
-Hace un
tiempo que con Cacho las cosas no andan bien, mejor dicho no andan para nada.
-Ay mi
Rubi.
-Papu,
somos grandes, la relación se deterioró y el conoció a una chica y bueno así
son nomás las cosas, no sufras por mi.
-¿Ella lo
sabe?
-¿Mamá?.
Si, aunque no le alegra mucho la novedad.
-El era un
buen pibe ¿qué pasó?
-Desencuentros,
la rutina…mil cosas, creo que aunque
duela es lo mejor para los dos.
-Qué cosa,
él siempre me respetó.
-Te sigue
respetando…
(Hace silencio…su padre también…se toman
las manos, su tía los observa desde la cocina…)
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