ALGUIEN NO DESCANSA EN PAZ CAPÍTULO 13

 

La difusión del video con el audio de las voces que se escuchaban en la tumba de la muertita, tanto por la tele y por las redes sociales desató una curiosidad sin límites y gran cantidad de gente se acercó al cementerio por pura curiosidad, otros para grabar videos y subirlos a youtube, instragram, facebook y demás etcéteras.  Algunos se instalaban durante horas, al más puro estilo campamento y no faltaban los vendedores ambulantes de alimentos y bebidas, a los cuales la administración del cementerio les cobraba un porcentaje sobre lo recaudado.  También vendían velas para prenderle a la muertita alrededor de la tumba y pedirle favores.  Hasta hicieron velones con la imagen de la chica con aureola morando en el empíreo.  Se estaba desarrollando una especie de shopping místico, una feria persa que daba pingüe ganancia, por lo cual el director del cementerio dejaba hacer, recaudando la comisión obviamente. 

Pronto aparecieron los que faltaban para hacer un circo completo, los seguidores de la Madre María y su heredero espiritual, el Hermano Miguel que llegaron raudos desde Chacarita para apuntarse al fenómeno.

Durante esos días Zeno había decidido editar el material pero ya no volver al cementerio, luego de la conversación con Marisabel se estaba dando cuenta que sobraba la curiosidad pero no abundaba la oración, pero el ajetreo volvió con más fuerza con los nuevos inquilinos seguidores de la más famosa mano santa de la primera mitad del siglo XX.  Repentinamente, la tumba de la muertita se llenó de los consabidos corazones de claveles blancos y rojos,  se multiplicaron las filas de gente que quería prender velas a la muertita y pedirle salud, dinero y amor (como cantaba la milonga) y luego acceder al exorcismo practicado por el Hermano Miguel, autotitulado discípulo principal de la Madre Maria por vía de su familia materna.  A toda hora podían verse los exorcismos al aire libre con las invocaciones típicas:

-Espíritu del mal te ordeno que retires de esta persona por intercesión de la Madre María, la Hermana Irma, la perrita Charito y la santa muertita…repetía con su voz atiplada de cantante de tango amateur el hermano Miguel, todo vestido de blanco como también sus colaboradores, él estaba sentado y su gente parada.  Todos los fieles llevaban papeles con pedidos en la mano.  Zeno se enteró y fue a filmar, aunque con pocas ganas, editó el material y lo transmitió el domingo. 

También un ignoto cantor comenzó a interpretar una zamba oración dedicada a la muertita, levemente inspirada en “Gracias a la vida” de Violeta Parra.

Yamila y Zeno también mandaron el material a Marcelo, el hermano de la muertita, quien se decidió a viajar y hacerse cargo de la tumba para así terminar con el carnaval fúnebre montado en el cementerio.

Con su presencia en el cementerio para una breve entrevista con Zeno se logró alejar a toda la comparsa y a los curiosos, aunque muchos protestaron y el director del cementerio vio irse a pique el negocio de de las “comisiones” a los mercachifles instalados.

Mientras el camposanto recobraba la paz, Marisabel llamó a Yamila:

-Pude ubicar un sacerdote, en Capital, que va a celebrar las misas gregorianas por Silvia.

-Buenísimo

-Este fin de semana comienzan

-A Zeno y a mi nos gustaría acompañarla a algunas de las misas

-Con sumo gusto los espero.

Dicho y hecho, los tres asistieron a algunas de las Misas. Al mes exacto el fenómeno de las voces que se escuchaban en la tumba de María Silvia Dantesi cesaron.

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