ALGUIEN NO DESCANSA EN PAZ CAPÍTULO 11


 

A Zeno le llamaba la atención que la tumba de la muertita si bien estaba abandonada, no estaba sucia ni tampoco profanada, todas las placas y los floreros de bronce estaban intactos, el pasto estaba cortado, pero nadie la visitaba, era enigmático, por eso decidió preguntar en la administración del cementerio la razón de ello, una tumba abandonada, de la cual salen voces, pero que no estaba vandalizada ni sucia.

Se acercó a la administración y preguntó por el director del cementerio, lo atendió una mujer de unos 60 años, de pelo oscuro y largo, amable, pero de mirada triste.

-El director no está, pero yo puedo atenderlo, me llamo Iris, soy la empleada más antigua del cementerio en unas semanas me jubilo.

-Un gusto Iris, soy Zeno, del diario “El Pueblo”.

-Ah el muchacho que investiga la tumba de Silvia, la muertita.

-Si Iris…me interesa saber por qué la tumba está tan cuidada, aunque ya no la visita nadie.

-La cuido yo Zeno…

-No me diga…

-Si, te cuento porque lo hago…se lo prometí a la mamá de Silvita hace mucho, cuando ella vivía y llegaba hasta acá para renovar la sepultura…

-Que buen gesto el suyo Iris…Ahora bien, la mamá murió y quien se encargó de renovar la tumba

-La tía mientras pudo venir, después mandaba a un familiar, creo que un hijo de un primo a pagar, la tía falleció hace poco, ahora se encarga un hermano que vive en Rosario y que se enteró del caso por la televisión.

-Ah Marcelo, lo entreviste no hace mucho.

-Si ese chico

-Y del cuidado de la tumba…

-La mamá y la tía pagaban a un cuidador…cuando la mamá murió y la tía dejó de venir, el primo me traía dinero para el cuidador, otras veces voy yo cuando tengo un rato libre y limpio la tumba y las placas, sobre todo cuando llueve y se junta barro.

-Y usted Iris alguna vez, ¿escuchó las voces?

-Si varias veces…bajó la cabeza entristecida…me estremecí mucho al escuchar…

-Cuénteme…que pudo oír…

-La voz era llorosa, como angustiada, repetía algo así como sufro mucho, estoy sola, se olvidaron de mí, recen, recen, eso lo pedía a los gritos…

- ¿Cuándo escuchaba esos lamentos?

-Cuando iba a limpiar la tumba una vez por semana, a eso de las cuatro de la tarde, en invierno voy más temprano a las dos o tres de la tarde.

- ¿Vio a la gente que deja velas?

-Si los veo…mucha gente mayor, personas solas, familias con chicos…todos muy humildes.

-Gracias Iris…Buenas tardes, fue un gusto conocerla…

-Igualmente yo Zeno…buenas tardes.

Zeno salió de la administración, faltaba poco para que cerrara el cementerio, quería caminar un poco…para refrescar su cabeza.

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