ALGUIEN NO DESCANSA EN PAZ - CAPÍTULO 6

 

Yamila mensajea a Diana para acordar el encuentro semanal.  Diana responde:  Estoy re loca no se como hacer la nota sobre esa tal Normita, hermana de Marta Lagorio, no me sale nada, no entiendo nada…

Tranqui, mañana cuando nos reunamos te ayudo…

El martes, Yami logró escibir, mientras Diana le cebaba mates…La nota se titulara “Ya nadie se acuerda de Norma Lagorio”, encabezaba la sección farándula de El Pueblo:

“Norma Lagorio murió el 21 de marzo de 1956 víctima de un derrame cerebral.  Al término de la función de “Antígona” de Jean Anhouil, en el Teatro Smart, en el camarín sintió un fuertísimo dolor de cabeza, la llevaron de urgencia al hospital de Clínicas pero al cabo de media hora murió, tenía 26 años. Nacida en el interior profundo del la provincia de Buenos Aires, en Carlos Casares, era una de los once hijos del matrimonio Lagorio, inmigrantes italianos. Junto con su hermana Marta, un año menor, se destacaron por su simpatía, carisma y talento.  Aprendieron declamación, canto y baile, comenzaron actuando en los bailes de carnaval, kermeses y fiestas locales.  En 1942 llegaron junto a su mamá a Buenos Aires y lograron ganar un concurso de Radio El Pueblo, fueron desde ese entonces las hermanas Lagorio, o las hermanitas Lagorio.  Pronto el Dr. Marciano, dueño de la empresa Lourdes Film, las fichó para una película, una estudiantina titulada “Fervor de Juventud” que transcurría en un colegio de monjas, aunque era una comedia inocente, fue un gran éxito y las hermanas se hicieron muy populares:  Marta, carismática y comediante chispeante, Norma más introvertida pero con interesantes dotes para el drama que le valió una beca para estudiar en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático.

 siguió “La gloria de amar”  sobre el best seller del español Pérez y Pérez, autor de moda en los años 40.  Pero fue en “El honor de la familia Corti” primer película argentina que seguía los postulados del neorrealismo italiano, que Norma dejó de manifiesto su gran capacidad actoral.  En 1953 el singular Vittorio de Sicca, al visitarnos pidió conocer a Norma y llevarla a estudiar y actuar en Italia, pero la presión de sus padres, aunque paisanos del gran director impidieron su marcha.  A su vez, el director Raúl Castillo Montaña, padre de Raúl Castillos Monckberg, la dirigió en la versión cinematográfica de “La locandiera” de Goldoni film en el que se ratificaron sus dotes.  Luego vinieron grandes actuaciones sobre creaciones de otros grandes:  Strindberg, Unamuno, Pirandello, hasta Sartre. 

Pero ¿Qué la retuvo o quiénes o mejor dicho quién?  Sus padres ya dijimos, pero la relación sentimental con Ricardo Barbier ex niño prodigio era la causa más fuerte. Noviaban desde hacía un tiempo, se habían conocido en “El honor…”

Barbier, un fenómeno exitoso en su niñez, no podía hacer que su carrera levantara vuelo en su adultez, formaba con Normita a simple vista una pareja sin problemas pero se rumoreaba que los padres de Norma, los papis Lagorio no aprobaban esa relación y que a su vez Barbier era infiel a Norma, y ella se había enterado con gran dolor de su parte.

Barbier era oriundo y vivía en el barrio de Floresta y habitantes memoriosos de ese barrio supieron contar a quien esto escribe las fuertes peleas entre Ricardo y Normita y los papis Lagorio, a raíz de las poco leales conductas de Ricardo. Su fama donjuanesca era un secreto a voces en los pasillos de la radio y los estudios de cine…amen de los corrillos vecinales.  Se hablaba mucho de un romance semiclandestino con la vedette Mabel Rubio, que era tratado en forma velada por los medios periodísticos de entonces. Una testigo directo de una de esas bataholas recodaba que los papis Lagorio encararon a Barbier una tarde en que volvía de un ensayo de radio:

“Mira fue así, de repente escuchamos gritos de una señora que venían de la calle Emilio Lamarca, la misma en que vivía yo, esa señora era la madre de Normita y decia:  sinvergüenza pobre Normita”  Mi mamá y yo estábamos en la cocina y mi papá y mi hermano, que nos cebaban mate, tuvieron que bajar el volumen de la radio porque una vecina, doña Teresa nos avisó de la pelea.  Los Lagorio estaban en la puerta de lo de Barbutto (verdadero apellido de Ricardo).  En seguida salieron los vecinos yeran tantos que  taparon la puerta.  Ricardo tuvo que subir por la terraza para ponerse a salvo de los insultos de todo, porque el barrio entero sabía lo que el le hacía a Normita.  Un vecino, llamó a un amigo suyo que trabajaba en el diario “La República”y enseguida mandaron un periodista y un fotógrafo.  Esto es verdad porque la llamada la hizo desde la casa de Tío Pepe y Tía Flora, que tenían el único teléfono del barrio”.  La nota al día siguiente fue primera plana y la edición del diario se agotó.”

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