IMPRESIONES 9: LA FERIA DE MATADEROS

 Principios de abril de 2016.

Esta salida era para mi un desafío, nunca había visitado la Feria de Mataderos.  Salí un domingo a la mañana de Lomas de Zamora en una combi.  Además el recorrido implicaba para mi un viaje al pasado, especialmente la ruta desde avenida Martín Rodríguez hasta Camino Negro, que desde un tiempo largo no frecuentaba.  Esa zona me era familiar porque siendo chica era la ruta obligada para llegar al oeste de la Capital o de la provincia (Castelar) para visitar a mis familiares. También cuando estaba en la escuela primaria el micro escolar recorria esas calles en su ruta cotidiana, ni que decir las visitas mensuales al cementerio de Lomas.  Encontré la zona muy cambiada pero con la pátina del recuerdo del paisaje urbano de las décadas del 70 y 80.  Todavía se conserva una construcción, una especie de local con una pequeña torre simil castillo, hoy abandonado, pero que tuvo otras utilidades como restaurant y jardìn de infantes.  No pude ubicar un tradicional club de la zona que era a su vez sociedad de fomento, puerta de entrada al barrio ferroviario al que rodeaba un terreno usado como cancha de fùtbol, debe estar todo edificado.  Tenìa yo tambièn la expectativa de cruzar Puente de la Noria y conocer el famoso viaducto reciòn ianugurado.  Luego de cruzarlo el vehìculo enfilò por la General Paz, y descendiò por la bajada de Mataderos.  Nunca antes habìa estado y me asombrò la existencia de un barrio tan antiguo con un adoquinado aùn màs antiguo que el de Banfield.  Una enorme estatua de un toro de bronce recuerda al boxeador Justo Suàrez, el torito de Mataderos.  Los frentes de las casas chorizo, mezcla de italianismo y estilo colonial permanecìan ahì sin ninguna modificacion por lo menos visible.  Todo olìa a viejo, incluìdo el bodegòn alrededor de la plaza en el cual se almorzò.  Luego de algunas lloviznas saliò el sol, previamente pude ver la carrera de sortijas con los gauchos, jinetes àgiles engalanados para la ocasiòn.  La feria es grande, ocupa varias calles y una avenida ancha, algunos puestos se van diseminando hacia la izquierda de la plaza, lindande con un gran espacio verde rodeado de algunos monoblocks, en un pequeño negocio de antigûedades me pude comprar un libro sobre la vida de nuestro señor Jesucristo a sòlo $20, que tiempos aquellos.  

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