ALAN WATTS: NEW AGE, ROCK Y PSICODELIA

 Alan Watts, fue el más famoso difusor del budismo zen en el mundo actual, admirado por Los Vétales y Bob Dylan entre otros.  Una figura, sin embargo, olvidada por la new age, pero imprescindible para conocer los orígenes y difusión de este movimiento.  Al igual que Timothy Leary y de Aldous Huxley tiempo antes, fue partidario del empleo de las drogas como medio de ampliación de la conciencia.  

Nació en 1915 en Gran Bretaña y falleció en 1973 en su patria de adopción; Estados Unidos.  Era estimado por sus conocimientos sobre el taoísmo y el zen.  Con sus reflexiones buscaba extraer del pensamiento oriental conceptos para ayudar al crecimiento de la conciencia.  Era doctor en Teología y fue un icono también para los beatnik, hippies y toda la contracultura de los años 60.  

Recién graduado emigro a los Estados Unidos pues consideraba que en ese país podía vivir de la práctica de la reflexión filosófica.  De su trato con jóvenes del movimiento hippie llegó a la conclusión que en el fondo buscaban experiencias espirituales, de ahí su apoyo a las drogas alucinógenas para alcanzar estados superiores de conciencia.  El mismo utilizó el LSD en sus experiencias y las plasmó en su libro “La alegre cosmología” en el cual afirmó que las experiencias psicodélicas permiten la liberación de nuestra identidad habitual y social, la unión con el universo y la pertenencia al mismo.  Aclaró que prefería la cultura Oriental porque permitía a cualquier ser humano sentirse y autoproclamarse Dios.  Muchos idolatran a este autor que cimentó su popularidad sin ningún tipo de planteo crítico, como ocurrió con otros difusores de la contra cultura sus seguidores los proclaman luchadores contra el sistema, viejo cliché de quienes se proclaman heterodoxos.  El peligro que encarnan estas figuras como Watts reside en el cuestionamiento hacia el orden natural y los principios de la doctrina católica, porque en su caso consideraba a la religión como medio para conocerse a si mismo rechazando todo contenido doctrinario.  También acusaba a la Iglesia Católica de organizar y controlar la sexualidad, un verso muy repetido ya.  Rechaza la idea de un dios creador, adhiriendo a un vago panteísmo que excluye la idea de pecado.  Su idea de la historia es la de un eterno presente.