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 España es la madre patria de Argentina y le donó gran parte de su acervo cultural. 

Pero en la 2°mitad del siglo xix la inmigración italiana también nos donó lo suyo y nos marcó para siempre, en el buen sentido de la palabra.   

En la década de 1940, España era un país empobrecido tras una feroz guerra civil, y cosas del destino, una pujante Argentina se encontró de repente alimentando a España.  Pero la influencia cultural española era casi nula desde antes de la guerra, salvo la visita de García Lorca y tras el conflicto la llegada de emigrados, particularmente editores y libreros que fundaron Losada y Sudamericana.  Pero la cultura popular como la música y el cine nada de nada por entonces.  No había tiempo para zarzuela, salvo reeditar los viejos éxitos de “Las Leandras” en el teatro Avenida, de cine ni hablar… 

Aún así a fines de esa década llegó a nuestras playas un boom “Locura de amor” film sobre una popularísima obra de teatro que narraban los amores y desamores de Juana la loca y Felipe el Hermoso.  Con una muy buena reconstrucción de época y la excelente actuación de Aurora Bautista, lanzó a su vez la carrera de un famoso galán de aquellos tiempos que fue Jorge Mistral, cuya popularidad arrasó los corazones de damas y damitas argentinas y mexicanas.  En 1952 se estrenó el mega archi súper exitazo de “Violetas imperiales” y una nueva ola de españolada ya se había instalado con comodidad en estos lares.  Los 50 también nos acercaron a Lola Flores y Sara Montiel como anteriormente en los 30 y 40 Carmen Amaya… 

En los 60 un nuevo aire, mejor dicho un ventarrón llegó desde la península en pleno desarrollo económico post plan Marshall, ministros del Opus mediante y última etapa del franquismo.  Fueron los huracanes desatados por la niña prodigio Marisol, cuyas películas mostraban una frescura y espontaneidad que le faltaba al cine español, aunque fueran argumentos esquemáticos, además que las canciones que interpretaba, compuestas por Augusto Algueró, marido de la novia de España y otrora Violeta Imperial Carmen Sevilla, como “Tómbola”, “Estando contigo” y otros éxitos hicieron sacudir más de un esqueleto.  Pero el devastador serial fue “el niño” Raphael, que hizo sucumbir no sólo a las púberes, sino que incluyó a post púberes, cincuentonas y hasta sesentonas (doy fe en mi familia hubo casos de “enamoradas” del muchacho).  Sus súper éxitos “Digan lo que digan”, “Cierro mis ojos” y “Mi gran noche”  causaron estragos en una franja etaria distante de las adolescentes beatlemaníacas.   En los años 70 Julio Iglesias y otros como Perales aportaron bastante, luego en los 80 Miguel Bose.  Pero creo que nunca, nunca como aquella fiesta de los 60 que parecía eterna…