HISTORIAS DE LIBROS (II):

 

A principios del año 2005, en la mesa de saldos de la librería El Alpeh de Lomas de Zamora encontré y compré dos valiosas piezas:  los tomos 2 y 3 de “Vida cotidiana en Buenos Aires”  de Andrés Carretero. El tomo 1 no estaba y traté de conseguirlo pero en ese momento fue en vano.  Con el tiempo hubo una reedición de toda la obra pero a precio de novedad y no de saldo y dejé pasar.  Una noche de julio de 2017, paseando por Av. Corrientes lo ubiqué en la mesa de saldos de la librería Lucas, a solo $100, clinck caja y a casa con la bolsita. Esa misma tarde había visto a Julio Bárbaro caminando por Recoleta, en Alvear y Quintana. Esa misma semana logré hacerme de “Los que escribieron nuestra historia” de Miguel Angel Scenna, otro libro inhallable. Estaba en un anaquel de la misma El Aleph citada, usado, a sólo $120.  En la Feria del Libro de 1987 estaba el ejemplar en el stand de Ediciones La Bastilla, lo había ojeado pero no lo compre, debido al precio un tanto fuera de mi alcance en ese entonces.  Unos días después fui hasta Kem Kem, librería que ya no esta en Lomas, aunque en su local ahora funcione la librería editorial zurda Sudestada.  En el mismo, hoy muy prolijamente equipado, reinaba el caos típico de ese almacen cultural que era Kem Kem, apareció ante mi vista un ejemplar de “Del epos a la historia científica” de J.L.Cassani y A.J. Pérez Amuchástegui,  libro clásico de historiografía que se usaba en casi todos los institutos de formación docente y en la UBA. En 1989 había visto un ejemplar a buen precio en la librería catequística de la calle Rodríguez Peña, en CABA y de zonza no lo compré.  Luego en 2015 lo vi en los anaqueles de la librería El Atril de Lomas, cuando tenían canje de libros usados y debido a mis vacilaciones para hacer el canje, me ganaron de mano y alguien se lo llevó antes que yo, lo cual suele pasar muy a menudo en las librerías que ofrecen libros usados, sobre todo en CABA, en las de Av.CorrientesFinalmente me animé, pregunté el precio y el librero me dijo:  $100, pensé que estaba más caro.  Acto seguido abrí la billetera y realicé la compra, palo y a la bolsa…en el buen sentido de la palabra.  

 

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