Visita al Barolo

 Una tarde de verano de hace dos años me encamine a una visita guiada al Palacio Barolo. En Avenida de Mayo.  La visita es interesante. Solo éramos tres personas. La calle estaba semidesertica, aún así tenia un aire interesante para caminar a eso de las siete de la tarde cuando todavía hay luz.  El atractivo de la visita es el mirador y el rato con la panorámica de la ciudad de Buenos Aires, la planta baja del pasaje que sale a la calle Hipólito Yrigoyen con sus pisos llenos de figuras de bronce que hacen referencia a "La divina comedia" de Dante particularmente el Infierno y las escaleras laterales y paredes repletas de placas ornadas de simbolismos masónicos, el primer piso del purgatorio con el balcón de marmol de Carrara, que a su vez rodeado de oficinas que un domingo por la tarde están vacías, acentuaba más un cierto aire de misterio indescifrable que convertía lo que quedaba del día en noche cerrada, situación que se esfumaba al llegar al piso veintitantos y ver el cielo abierto y a pleno sol. No mucho más hay para ver, pero lo que se recorre y observa es intenso en historia y símbolo.